Por Carmela González-Alorda
Tras una larga espera debido a dos años de letargo, producto de la crisis a causa del COVID, el Museo Munch ha sabido captar todas las miradas en su inauguración en la capital noruega el pasado octubre.
Aunque ya existía un museo dedicado al genio expresionista Edvard Munch (Løten, 1863-Oslo, 1944) desde 1963, construido en conmemoración del 100 aniversario de su nacimiento, la nueva sede ha supuesto un cambio estructural en la colección gracias a su traslado a un edificio de nueva planta, íntegramente ideado para la exposición de sus obras.
Con este impresionante espacio, el barrio portuario de Bjørvika culmina la renovación de la ciudad que persigue el proyecto Fjord City desde su implantación en los años ochenta. Una de las principales prioridades es la construcción de arquitecturas vanguardistas y la acogida de centros culturales de primer nivel, como el Museo Stenersen, la Ópera, la Biblioteca Pública o el mismo Museo Munch.
Esta motivación urbanística ha supuesto una importante intervención arquitectónica en esta área, objeto de grandes transformaciones durante los últimos veinte años. En concreto, la construcción del ‘Munchmuseet’ se inició con el concurso que premió en 2009 la apuesta del arquitecto español Juan Herreros (San Lorenzo de El Escorial, 1958) y su equipo instalado en Madrid, frente a siete premios Pritzker. Tras años de retraso por desacuerdos y abandonos institucionales, 2019 parecía la fecha clave para augurar la apertura una vez concluida su edificación, iniciada cuatro años antes. Finalmente, el 22 de octubre del 2021 el Museo Munch se abría al público…
Leer+ Revistart 210
