Por Anita Brus
En mi artículo sobre la Bienal de Dakar (Revistart #209) describí erróneamente una performance de la artista cubana Susana Pilar Delahante Matienzo que ya había tenido lugar antes. La performance que ella sí hizo en la Bienal de Dakar del año pasado, titulada ‘Historias negras’, trató de su herencia y ascendencia africana y la diáspora en la que se separaron sus ancestros congoleses y sierraleoneses, pero con los que ella dice sentirse una gran familia “porque la historia de cualquier Africano o afrodescendiente también es mi historia y todos somos familia”.
En su performance, el público vio la sala llena de figuras de origami negro con las que ella, sentada y vestida de negro, hizo algunas nuevas, solo usando los pies y con las manos atadas en la espalda. Las hizo así, porque muchas personas en el Congo tuvieron sus manos mutiladas como castigo durante el período de la colonización de Bélgica al Congo. Según ella, su actuación, que duró 3 horas, fue “un llamado para que Bélgica y otras antiguas colonias vuelvan a visitar su historia y hacer una investigación seria de lo que había sucedido en el pasado”.
Hizo ese performance en Bélgica, y por segunda vez en Senegal, donde muchos de sus antepasados, divididos y esclavizados, fueron enviados contra su propia voluntad a través de ‘la puerta sin retorno’ al continente de América… Leer + Revistart 215