
Por Núria López Ribalta
En el escenario deslumbrante del Petit Palais de la capital francesa, se ha podido visitar este verano la exposición consagrada a la figura icónica que marcó los albores de los siglos XIX y XX: la inmortal Sarah Bernhardt (1844-1923), bajo el título de ‘Sarah Bernhardt. Y la mujer creó la estrella’.

Actriz y artista plástica cuyo legado
resplandece con intensidad en esta
reciente puesta en escena, el Petit
Palais, enclave museístico singular, edificio
construido en 1900 para la Exposición
Universal de París, hoy sede del Museo
de Bellas Artes de París, en el ‘8ème
arrondissement’. La exposición ha dado vida
no solo a los retratos magistrales pintados por
su amigo íntimo Georges Clairin, sino que
también presenta aspectos más desconocidos
de la famosa actriz: sus creaciones personales
como pintora y sobretodo escultora, además
de escritora. Sus esculturas, dotadas de un
realismo palpable, dan fe de su innegable
maestría y virtuosismo… Leer + Revistart 218