Revistart 114

PRÓLOGO: Julio González y el esmalte. Para algunos podrá parecer sorprendente el encabezamiento de este artículo cuyo referente de Julio González es sinónimo de escultor. Sin embargo, incluso para mí que ando bregando en las lides del esmalte, fue una grata sorpresa el descubrir, hace pocos años, el hecho de que Julio González fue también orfebre y esmaltador. Julio González nació en Barcelona en el mes de Septiembre de 1876 en el seno de una familia de artesanos orfebres y metalistas cuyas labores obedecían a los postulados del modernismo. En el taller familiar, Julio González aprendió el oficio de las labores de la forja y el dominio del hierro. Al finalizar el horario del taller acudió, junto con su hermano Juan a las clases nocturnas de la “Llotja” para aprender dibujo y pintura y al círculo de Sant Lluch, frecuentando también las tertulias habidas en “Els Quatre Gats”, una especie de local taberna, donde bullían las nuevas ideas socializantes, o sobre Wagner, o las nuevas corrientes artísticas llegadas de Europa.