En busca de la libertad de la artista
© Pandora Film/Martin Menke
Se cuentan por aplastante mayoría las historiadoras, marchantes y artistas que se han visto continuamente invisibilizadas en el discurso del arte. Películas como ‘Paula’ revitalizan este monólogo, dando voces a quienes fueron silenciadas durante demasiado tiempo.
En ella se observa la continua lucha de la mujer por superar estos retos, sirviéndose en este caso del fulgor social de finales del siglo XIX, donde, si bien comienzan movimientos como el sufragismo femenino o la entrada de la mujer a la universidad, todavía pesa el concepto de la madre o esposa sin más ambición que su entrega hacia los demás en forma de maternidad o de obligaciones domésticas.

De producción alemana, este drama biográfico firmado por el director Christian Schwochow, asume el reto y se adentra en la figura de una artista sin etiquetas, bajo el deleite actoral que nos entrega Carla Juri en el papel de Paula Modersohn-Becker (Dresde, 1876-Worpswede, 1907), y su marido, el célebre Otto Modersohn (Albrecht Schuch), quien no pasará finalmente a la Historia como aquel grandísimo pintor de su época, sino por el marido de la revolucionaria de su mujer. Maravillosos caprichos del destino.
En la Alemania de principios del siglo XX, Paula Baker encuentra un oasis donde desplegar sus destrezas artísticas: la colonia de Worpswede, donde conocerá a Otto. Sin embargo, todo ello no será suficiente para continuar su aprendizaje, por lo que terminará viajando hasta París, donde encontrará su propio estilo dentro de las vanguardias postimpresionistas. Durante esta etapa, disfrutará de la plenitud de su arte, conocerá a Rilke, Rodin o Camille Claudel; conectará con la modernidad incomprendida de Cézanne, Van Gogh o Gauguin; y acabará por convertirse en la celebridad de la historia del arte que es hoy día…
Por Carmela González-Alorda