El pintor murciano huye de la fealdad con cada pincelada que incorpora al lienzo al que se enfrenta. Valora no sólo la belleza de las cosas y de la naturaleza, sino que reivindica ese espíritu prolongado en el tiempo que otorga autenticidad y evita lo impersonal.
Su estilo realista reclama esta esencia con un perfeccionado dibujo y un exquisito tratamiento de las luces en la ardua búsqueda por atrapar la atmósfera de las escenas. Ya sean patios luminosos, personajes pintorescos o interiores costumbristas, aplica con rigor y seriedad la técnica pictórica, para entretenerse más tarde en avivar cada rincón del cuadro con el color fiel, la sombra precisa y esa brisa invisible que parece recorrer las habitaciones como una corriente que se vuelve perceptible para la mirada… Leer + Revistart 211
Por Daniel Buenaventura
Obras a la venta en la Galería de Arte