
Desde principios de este año y hasta el mes de septiembre, en las salas del Museo Picasso de Málaga se exponen obras recientes del artista mallorquín Miquel Barceló. El hilo conductor de la muestra se basa en la novela ‘Metamorfosis’, escrita por Franz Kafka en 1915.
La muestra ha sido comisariada por Enrique Juncosa y recoge treinta cerámicas, trece pinturas, cuarenta y dos acuarelas, seis cuadernos de viaje y una pequeña escultura, así como una instalación compuesta por siete bronces de gran tamaño instalados en el patio central renacentista del museo. Este conjunto representa varias cerillas usadas y retorcidas tras haber sido consumidas por el fuego.
Se podía apreciar el estilo que le caracteriza y que se basa en la creatividad, los cambios y transformaciones que sufren las cosas y los materiales. El afán de experimentar le motiva -tanto si el resultado lo plasma en un lienzo, como en un fragmento de arcilla- a orientarse hacia formas nuevas. Este interés por explorar nuevos soportes le acerca a Picasso, un artista también muy interesado por obtener soluciones novedosas a partir de la materia, o aproximarse a la tradición con una mirada nueva. La mitología y el simbolismo se encuentran en diversas series del artista y le acercan a lo primitivo, pero con un toque actual. Asimismo, emplea materiales poco usuales: algas, alimentos, leche, lejía, huevos sangre, cosa que le ha permitido obtener resultados distintos, y compenetrarse con la materia con la que trabaja. Así consigue soluciones iconográficas que forman parte de su obra: peces, pulpos, cabras, árboles y otros elementos…
Por M. Carmen Riu de Martín