Del usar y tirar a la reutilización artística
El diseño contemporáneo absorbe la proclama que urge sobre la eliminación de los plásticos y materiales de un solo uso y aboga por la reutilización sostenible. Y es que nos hallamos inmersos en plena era postindustrial, donde los ritmos de vida, el consumismo de masas y el mercado globalizado circulan al margen de la conservación del planeta.
Soluciones ecológicas toman forma bajo signo creativo en la exposición ‘Materia Gris. Nuevos materiales para la era post-fósil’, que aterriza en las salas de exposición de CentroCentro Madrid al amparo de la programación del Madrid Design estival.
Kombucha, hongos, piel de manzana, algas, bacterias, mazorcas de maíz, leche, insectos, moluscos o subproductos de la industria nos demuestran que la madre tierra, sin artificios ni alteraciones químicas, es la mayor fuente proveedora de materiales susceptibles de empleo para la vida cotidiana. Y por qué no, también para recrearnos en el arte y la originalidad creativa. El equilibrio entre la belleza del objeto y su funcionalidad en el día a día es un viejo debate abierto en el universo del diseño, pero si a ello añadimos los efectos de un sistema productivo que genera residuos sin control, la cuestión se torna en una problemática de urgente abordaje para la continuidad de nuestro mundo.
Materia gris está compuesta de una serie de originales piezas que se nutren de las investigaciones científicas y las propuestas de profesionales transversales, que artistas y diseñadores canalizan con sumo ingenio. Así, crean nuevas formas de utilización de materiales aparentemente desechables, pero con los cuales poder construir nuevos elementos funcionales y decorativos. Los diseñadores y diseñadoras que participan no únicamente ofrecen soluciones, sino que “aportan también su ingenio y creatividad al jugar con estos nuevos materiales con los que expresan también sus inquietudes personales, políticas y sociales, su sentido del humor y su interpretación de los parámetros culturales”, como apuntan desde CentroCentro…
Por Bea Maeztu