
Texto: M. Carmen Riu de Martin
La muestra ‘Madola, un foc mil·lenari’ se presenta en el espacio Volart de la Fundació Vila Casas (Barcelona) hasta el 9 de enero de 2025. Madola cuenta con varias obras públicas en la Ciudad Condal y la exposición incluye varias series de escultura cerámica efectuadas en diversas etapas. La misma combina aspectos cotidianos y espirituales, si bien incorpora elementos extraídos de otras culturas del pasado que le han influido. Sus creaciones en barro chamotado aportan un revestimiento de esmalte o engobe de tono blanco, rojo o negro. Además, combina piezas de pequeño y gran formato, elaboradas a partir de la integración de partes para obtener un sentido unitario. La exposición ha sido comisariada por Caterina Almirall y nos aporta una visión de conjunto.
Madola empezó su trayectoria a mediados de la década de los años sesenta. La exhibición permite contemplar ejemplares de su etapa inicial, junto a otros desarrollados durante los últimos años. Cabe señalar que se halla dividida en seis fases que reflejan las temáticas que han caracterizado su trabajo. En un primer momento se basó en la transformación de las típicas jarras y cuencos en objetos escultóricos, una tendencia que fue adoptada por otros autores en aquella etapa, pues se quería dar una imagen nueva del proceso cerámico. Desde hacía tiempo, las obras útiles para el consumo y las decorativas habían motivado la evolución cerámica y esta se hallaba estancada. Entonces las esculturas realizadas mediante procedimientos cerámicos eran escasas; únicamente se podían encontrar terracotas que a menudo consistían en el punto de partida para la elaboración de modelos y piezas en otros materiales, y algunos ensayos de artista. Madola, cuya formación inicial fue la escultura en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, amplió sus conocimientos en cerámica. Esta artista ha ido modificando sus formas basadas en planteamientos orgánicos y constructivos, las cuales alterna con ejemplares más próximos a la figuración. En cuanto a la distribución de piezas, se halla estructurada en los siguientes ámbitos:
‘Suelo y cuerpo’: incluye dos baldosas de los años 60 que se pudieron presenciar en su primera exposición en el Ateneu de Barcelona (1966). Allí se basó en Salvador Espriu, un poeta que había escrito el libro ‘Sinera’ dedicado a Arenys de Mar, en 1963… Leer + Revistart 225