
Por Carmen del Vando Blanco
“Luca Signorelli, el último pintor del siglo XV y el primero del siglo XVI”. – Tom Henry |
Hace 500 años, en octubre de 1523, se extinguía la fecunda vida de Signorelli. Una desaparición que conllevó lágrimas, epígrafes y un cortejo fúnebre en el que desfilaron frailes franciscanos con sendas velas encendidas; su nieto y heredero artístico, Francesco Signorelli participó en el funeral con el resto de los familiares. El cuerpo fue conducido solemnemente a la tumba de la familia en la iglesia de San Francisco de Cortona. Luca nació en 1450 en esta bella localidad aretina donde recibió el encargo de algunas obras a inicios del siglo XVI de su mecenas Pandolfo Petrucci, el Magnífico, así como de otros grandes clientes, entre ellos Lorenzo de’Medici, los papas Sixto IV y Julio II. Así pues, recorriendo su largo trayecto profesional de unos sesenta años de actividad, se considera que Signorelli hubiera llegado a la conclusión de haber trazado un camino que habrían seguido Rafael (1483-1520) y Miguel Ángel (1475-1564), que por ironía del destino eclipsarían los resultados conseguidos por el mismo Signorelli. Y esta es la importancia que le asigna Giorgio Vasari (1511-1574) en 1568, que lo describió en ‘Las Vidas de los más excelentes Pintores, Escultores y Arquitectos’ como la cumbre de los logros conquistados en el siglo XV.
Valiéndose de 28 pinturas de gran significado, que marcan la carrera del artista, con el objetivo de encuadrar lo mejor posible aquel contexto que la distancia temporal de quinientos años necesita y dificulta el contenido. La exposición ‘Maestro Luca de Cortona, pintor de luz y poesía’ se concentra en los años juveniles: iniciando con una de sus primeras obras, realizada en la época en que Luca era aún asistente en el taller de Piero della Francesca (1411/1493-1492) y consiste en trabajos representativos de cada decenio de su producción profesional, hasta poco antes de su muerte… Leer + Revistart 217
Palacio Casali
Piazza Luca Signorelli, 9
Cortona (Arezzo), Italia