Cómo nos usan las imágenes
Comisariada por el historiador del Arte Michele Di Monte, la exposición que se presenta en el Palacio Barberini de Roma excava en la lectura de las obras de la colección, dando el justo valor al sistema de los intercambios con otros museos y reforzando la misión clave de estas Galerías de Arte Antiguo a nivel nacional e internacional.
De hecho, además de algunas piezas de la colección de su propiedad, la cita se vale de los préstamos de importantes museos: entre otros, la National Gallery de Londres, el Museo del Prado, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Castillo Real de Varsovia, el Museo de Capodimonte de Nápoles, la Galería de los Uffizi de Florencia y la Galería Saboyana de Turín.
De igual modo que un libro está destinado al lector, un cuadro está realizado para la vista y sensibilidad humanas, así como para la inteligencia y el conocimiento. Además, a menudo, suponen un conjunto de saberes, a veces inesperados, no sólo de técnica artística, sino de historia, filosofía, mitología y otras disciplinas. Ver un cuadro supone también emprender una aventura de autoconocimiento.
Y, en esta ocasión, un núcleo de 25 obras maestras canaliza un recorrido que quiere descubrir el puente que se establece entre el trabajo exhibido y su espectador, como se elaboraba en la pintura entre los siglos XVI y XVIII. Porque si el arte se dirige siempre al potencial admirador, este llamamiento no se limita nunca a obtener una simple mirada, sino que requiere una participación y una colaboración más activas…
Por Carmen del Vando