
Por Carmen del Vando Blanco
Tras más de treinta años de la última importante exposición en Italia, se inaugura la primera de una serie de grandes citas dedicadas al gran maestro Guido Reni (Bolonia, 1575-1642) en Galería Borghese, Roma hasta el 22 de mayo de 2022.
Ahí sigue su primera formación en el taller del flamenco Denijs Calvaert, que deja atraído por la naciente fama de los boloñeses Carracci -cuyo influjo empieza a insinuarse, sobre todo el de Annibale- sin descuidar el estudio de Rafael.
Los años entre 1600 y 1603 los transcurre en Roma. ‘La Crucifixión de San Pedro’, realizada después de esta estancia (1604-5), marca una intensa confrontación con Caravaggio, de apasionada experimentación juvenil. El lienzo -encargado por el cardenal Pietro Aldobrandini-, junto con otras obras como ‘David con la cabeza de Goliath’ (1605), revela la atracción de Reni no solo por Caravaggio, sino también por los estilos de otros artistas contemporáneos, cuyas pinceladas lo llevarán a su admirada manera de pintar, donde el dramático claroscuro caravaggesco se injerta en lo aprendido de Ludovico Carracci.
Vuelve a Bolonia y permanece hasta su segundo regreso a Roma, donde el cardenal Scipione Borghese le encarga obras de gran envergadura como la decoración de las dos capillas contiguas de San Ant’Andrea y de Santa Silvia en San Gregorio en el Celio, la capilla de la Santísima Annunziata en el Quirinal y, en 1613-14, de la ‘Aurora’ en el Palacio Pallavicini-Rospigliosi, probablemente su obra más celebrada, que recuerda vivamente a Rafael y Correggio. Establecido en Roma, Reni decide en 1614 el retorno a la ciudad natal, en la que permanecerá hasta su muerte.
Y ahora esta permanencia, enfocada y comisariada por Francesca Cappelletti, directora de la prestigiosa galería, digna sede donde despliega 30 obras, tiene como epicentro la recuperada pintura del maestro boloñés, ‘Danza campestre’ (hacia 1605), que desde hace un año forma parte de la colección del museo… Leer + Revistart 209