
Por Fernando Alvira
La universalidad de determinadas figuras del arte hace que sus orígenes sean escasamente tenidos en cuenta por biógrafos e historiadores que suelen centrar sus investigaciones en los períodos más intensos de la trayectoria de los artistas. ‘Yo soy Goya. La Zaragoza que viví, 1746-1775’ no ha pretendido ser la exposición que muchos querrían visitar, repleta de obras del genial aragonés en los mejores momentos de su producción, dado que se ha centrado en las tres primeras décadas de la vida del pintor, cuando todavía no era el retratista más deseado por la nobleza española ni pintaba para el Rey o sus fábricas.

La exposición, ubicada en la Lonja zaragozana, y con una clara intención didáctica, recrea los espacios en los que el pintor pasó sus primeros veintinueve años salpicados con reproducciones y originales de algunas de sus primeras obras: la cocina de Fuendetodos en la que su abuelo le enseñó las primeras nociones de música y canto que le servirían incluso para ganar algún dinerillo en las tascas de su juventud; los montes en los que practicó la caza, sus perros, la Zaragoza del Pilar y el Aula Dei en la que quedaron algunas de las pinturas que hicieron que acabara en la corte; su estudio en la capital aragonesa con una de las paletas que utilizó; el árbol genealógico o las distintas casas en las que vivió su familia en el casco urbano zaragozano, su letra, algunos de sus primeros óleos y dibujos, los autorretratos…
La consideración de Goya como pensador y erudito, recientemente defendida contra la más extendida de algunos de sus contemporáneos que lo consideraban escasamente dotado intelectualmente, ese Goya preocupado por la modernidad y la búsqueda de nuevas posibilidades del lenguaje de las imágenes, precursor de tantas nuevas formas en el grabado y la pintura, ha llevado a Domingo Buesa, que ha preparado la muestra, a envolver al espectador con algunos de los sistemas de imagen más contemporáneos: no sólo vídeos de exquisita realización con guión del comisario sino también un Goya virtual que despide al visitante respondiendo a algunas preguntas que se le pueden formular. También buscando la contemporaneidad ha sumando a los espacios piezas de pintores aragoneses… Leer + Revistart 216