Por Núria López Ribalta
El esmalte al fuego sobre metales puede ser considerado un arte aplicado o un arte independiente. Surgió como arte aplicado cuando estuvo solo al servicio de la joyería u orfebrería. En la época medieval, por ejemplo, se usó, entre otras aplicaciones objetuales litúrgicas, para la imitación o substitución de piedras semipreciosas, cuando escaseaban, o la economía no le permitía a la Iglesia usarlas.
Hacia finales del siglo XV y durante el XVI, en el Renacimiento, los esmaltadores protagonizaron una verdadera revolución. Se dieron cuenta que tenían las mismas posibilidades y capacidades para expresarse sin estar supeditados a la orfebrería. Así aparecieron los denominados esmaltes pintados y, hasta la actualidad, muchos artistas esmaltadores se expresan con este medio.
Paralelamente, el esmalte como material se ha seguido usando como aplicación de color a joyas y objetos de orfebrería. Además, hay que señalar que, con las técnicas tradicionales como el alveolado, el campeado o la baja talla, donde el metal tiene una relevante intervención, se crean también piezas artísticas de alto nivel al igual que con el llamado esmalte pintado.
En este artículo y el siguiente vamos a concretar aspectos que definen y perfilan el esmalte pintado, que no necesita de intervenciones metálicas.
Denominación
El arte del esmalte pintado al fuego sobre metales, se refiere a una de las muchas formas de trabajo del esmalte al fuego. Es una denominación que, en ocasiones, ha llevado a confusiones cuando se habla de obras esmaltadas y a qué técnica se hace referencias… Leer + Revistart 208