(parte I)
El Dadaísmo (Zúrich, 1926) anunció la muerte del arte y la negación de todos los valores estéticos que hasta entonces habían fundamentado la creación artística. Esta filosofía se basaba en la provocación, propuestas deliberadamente incomprensibles y absurdas, buscando dejar al público perplejo y desorientado. Sus principales impulsores fueron, entre otros, Tzara, Picabia y Duchamp.
En el Manifiesto Dadaísta escrito por Tristan Tzara en 1918, recién terminada la Primera Guerra Mundial, en un mundo en el que la inteligencia ha sido sustituida por la barbarie, este poeta dice: “Yo estoy contra los sistemas, el único sistema aceptable es el antisistema”. También propone: “Todo hombre debe gritar. Hay una gran tarea destructiva, negativa por hacer, barrer, asear. La plenitud del individuo se afirma en un estado de locura agresiva y completa de un mundo confiado a las manos de los bandidos que desgarran y destruyen los siglos”. Y agrega, “libertad DADA, aullido de colores encrespados, encuentro de todos los contrarios y de todas las contradicciones, de todo motivo grotesco y de toda incoherencia: La vida”. Cuando se refiere al arte y a los artistas, en alguno de sus pasajes dice: “Cada cual hace su arte a su modo y manera, o conociendo el gozo de subir como una flecha hacia astrales reposos o el de descender a las minas donde brotan flores de cadáveres y fértiles espasmos”. También asevera que “el arte es algo privado y que el artista lo hace para sí mismo”.
Bajo esta influencia fueron surgiendo diferentes estilos como el Expresionismo abstracto, el Minimalismo, el Conceptualismo, el Pop y un largo etcétera. Algunos llevando sus propuestas a extremos, por ejemplo, los cuadros en blanco o en azul de Klein, la mierda enlatada de Manzoni o el movimiento llamado Apropiacionista, cuyos autores se dedican a copiar a otros artistas ofreciendo versiones ‘mejoradas’. El Pop siguió los postulados de Duchamp elevando a categoría de arte a los objetos de uso cotidiano. Andy Warhol dijo que cualquier cosa que él firmara, se convertía en arte, lo cual no es rigurosamente cierto. El arte está más allá de las cosas representadas… Leer + Revistart 204
Por Xabier Obeso