150 años de la muerte

Vicente Palmaroli, ‘Gustavo Adolfo Bécquer en su lecho de muerte’, 1870. Museo Nacional del Romanticismo CE1549
La ciudad de Sevilla rinde homenaje a dos de sus hijos más ilustres, Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer, al cumplirse 150 años de la muerte de ambos. Los dos, en Literatura y en Pintura, ofrecieron al mundo obras eternas.
A las 10 de la mañana de un 22 de diciembre de 1870 muere Gustavo Adolfo pronunciando aquellas enigmáticas palabras:
“Todo mortal”. El pintor Casado de Alisal se apresuró a dibujar su cabeza yacente. Tres meses antes, un 23 de septiembre, partió su hermano Valeriano acelerando el proceso del tránsito del poeta. En la Sacramental de San Lorenzo fueron enterrados. Años más tarde, trasladarían sus restos a la capital hispalense, donde reposan en la capilla de la antigua Universidad. Cuando voy a su ciudad los visito en el Museo de Bellas Artes. Me atrae principalmente el cuadro famosísimo de Gustavo Adolfo, donde los ojos del poeta parecen perseguirnos.
La técnica pictórica de Valeriano está marcada por la depuración y la riqueza en pinceladas minuciosas. El pintor pintaba mucho al aire libre, en sus caminatas por casi toda nuestra geografía, cuando no se practicaba en España. Gustavo Adolfo dice de él: “la costumbre de estar siempre apuntando del natural hacía que no se amanerase nunca y que hubiese en sus composiciones un sello grande de verdad”…
Por Efi Cubero